Facebook Domingo, 12 enero 2014

1917, ni a Einstein se le pasaba por la cabeza la idea de que alguna vez existiría un gadget como el FB

F3.large1917, ni a Einstein se le pasaba por la cabeza la idea de que alguna vez existiría un gadget como el FB. Pero el brutal poeta dadaísta alemán Hugo Ball, ese año escribió en su diario un texto que pensaba incorporar a su espectáculo en un café concert de la cosmopolita Berlín:

«La figura humana está desapareciendo progresivamente del arte pictórico, y ningún objeto está presente, excepto en forma fragmentaria. Ésta es una prueba más de que el aspecto humano se ha vuelto feo y gastado, y que las cosas que nos rodean se han convertido en objetos repulsivos. El paso siguiente para la poesía es el de descartar el lenguaje, así como la pintura ha descartado el objeto, y por las mismas razones. Nunca antes ha existido esto».

Hagamos trabajar al cerebro aunque sea domingo y ya se acerque la hora suicida vallejiana, las seis de la tarde del día que dios descansó después de haber hecho su gran cagada.

Ball se refiere al auge del abstraccionismo en la pintura pero, trayéndolo para adelante, podría estar aludiendo a que lo que consumimos en imágenes es la desaparición de lo real en favor de lo virtual: «una prueba más de que el aspecto humano se ha vuelto feo y gastado…». Y si a eso le sumamos la adicción por los productos de belleza, la perfección física y los artificios para que la piel no se siga estirando… No queremos ver lo que nos recubre.

El paso siguiente en el texto de Ball, que ya lo estamos dando en la esencia del FB, es el falseamiento de la realidad a través de una comunicación que solo apela a la bondad, a las cosas bonitas, a los apapaches y a los cariñitos. ¿Es la vida así? No, creo que es todo lo contrario, y si vamos por el camino de seguir escribiendo en FB lo que la vida no es, el lenguaje terminará por desaparecer.