Facebook Jueves, 21 agosto 2014

La cosa es como sigue: de un tiempo a esta parte han surgido páginas en Face que ofrecen libros viejos

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escribe Jose Carlos Yrigoyen

Trataré un tema que puede ser para incómodo para algunos pero del que ya es necesario conversar.

La cosa es como sigue: de un tiempo a esta parte han surgido páginas en Face que ofrecen libros viejos. Eso está muy bien, me parece necesario y lo felicito. Eso nos beneficia a los pocos pero fieles lectores y coleccionistas de poesía peruana, quienes tenemos en muchos de estos libreros virtuales a aliados que nos facilitan primeras ediciones de poemarios que a veces no es fácil hallar en los puestos de venta dispuestos en las calles o ferias.

El problema es que últimamente he percibido que muchos de ellos –no todos- han comenzado a encarecer de manera injustificada los libros de poesía peruana, expendiéndolos al doble, triple o quíntuple de su valor real.

Alguien me dirá: ah, esas son las leyes del mercado: si tú vendes un bien al precio que te dé la gana y alguien acepta comprarlo, no hay falta ni delito en ello. Y tiene razón. También es cierto que así como algunos libreros se arrogan ese derecho, yo también tengo derecho a advertir que algo no está caminando bien en el pequeño mercado de los libros de poesía usados, y que se está formando un mercado usurero en el cual mucha gente de buena fe está pagando precios excesivos e irreales.

Veamos algunos casos. Hace un tiempo un librero vendía una edición de En los extramuros del mundo de Enrique Verástegui a 25 soles. El problemita es que era la edición de Perú Lee, publicada a principios del 2000, que se vendía a un sol en ese entonces. Es una edición más que modesta y llena de erratas, con un tiraje de 1000 ejemplares y que no tiene más de 14 años en el mercado. Algunas personas advirtieron esto y lo comentaron en la página del librero. ¿La respuesta? Este borró los comentarios y bloqueó a algunos de los quejosos cuando reincidieron.

Otro: hace no mucho un librero vendía en su página la antología de poetas del ochenta editada por José Beltrán Peña en 1990. Es un libro editado a papel periódico, muy modesto, casi hecho a mimeógrafo, que en la Librería Sur, según su catálogo, no vale más de 15 soles. El librero lo expendía a 45 soles. Le escribí en los comentarios que si bien ya lo tenía, me parecía demasiado caro y expliqué el porqué. ¿Su respuesta? Borró mi comentario.

No hace mucho una persona quiso venderme Kenacort y Valium 10 (1970) el primer libro de Jorge Pimentel. La edición no estaba descuidada, aunque tampoco estaba en excelente conservación. Yo ya tenía ese ejemplar, pero pregunté el precio y me quedé helado: 150 dólares. Amiguitos: ni Kenacort, ni Un par de Vueltas por la realidad, ni En los extramuros del mundo en su primera edición, ni ningún libro de la generación del 70, vale más de 150-170 soles, considerando que esté en un estado inmejorable. Si compras el libro de Ramírez Ruiz en un estado aceptable, mas no como nuevo, no debes pagar más de 130 soles. Eso es lo que vale y no hay más vuelta que darle a la realidad.

Hay algunas excepciones, desde luego, pero son eso: excepciones. Seguro que hay libros raros que pueden costar más que eso. Pero sería bueno que antes de comprarlos, preguntes y compares. ¿Quién te puede ayudar? Mucha gente. Yo recomiendo comprar siempre en la librería Inestable de Carlos Carnero, que sabe lo que vende y siempre da precios justos. Un ejemplo: la otra vez compré en ese local Los ríos de la noche, el primer libro de Leopoldo Chariarse, editado en 1955, a 90 soles. Hace varios meses alguien me lo ofreció a 200. Obviamente, no lo compré: yo sé que ese precio es artificial, establecido por una persona que quiere ganar -al menos- cuatro veces lo que ha invertido.

Ojalá que ese fuese el único problema de algunos de estos libreros. La última vez que compré donde uno de ellos, me vendió un libro a 80 soles. Me pareció un poco caro pero acepté. Cuando lo dejó en mi casa, el libro estaba picado. Amigos: cuando un libro tiene picadura de polilla, pierde al menos la mitad de su valor. No se dejen confundir. Obviamente lo devolví y le dije que eso era engañar a la gente. Si tu libro esta picado, tienes que advertirlo por lo menos y negociar. Solo por ese descuido, el muchacho perdió un cliente para siempre.

Advierto que lo que digo no lo hacen todos los libreros virtuales. Hay gente que trabaja en esto que es muy decente y sería incapaz de inflar un precio indebidamente. Pero también hay de los otros. Si una persona te dice por Face que tu precio es injusto y te da razones de ello, no debes borrarlo. Si lo borras, aceptas implícitamente tus malas artes y tu mala onda. Justifícate al menos.

Al final, de quienes depende desbaratar un mercado de libros sobrevaluados es de nosotros, los compradores. Si sospechas que el libro que te venden está con precio excesivo, compara, pregunta. Y así te mueras por tenerlo, recházalo. Ya llegará la oportunidad de comprarlo a un precio justo. Porque no es justo que la gente que ama la poesía y la colecciona sea pasto de mercenarios que lo único que quieren es sacar el máximo provecho de la pasión de los otros.