Facebook Sábado, 6 septiembre 2014

La «Centralita» de las conchas

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escribe Güido Lombardi, vía Politico.Pe

“Todos somos iguales ante la ley” dice el viejo aforismo jurídico. En el Perú, algún ingenioso le añadió la coletilla – entre cínica y realista – “pero algunos somos más iguales que otros”. La informalidad ha sido elogiada y vilipendiada según las épocas y dependiendo de quien hacía el análisis.

En la actualidad, a raíz de la minería informal, el contrabando masivo y el caótico sistema de transporte público, pocos se atreven a defender la informalidad que se ha extendido, inclusive, a algunas instituciones del Estado. Por esa razón, hoy sorprende, irrita e indigna que algunos medios de comunicación, reputados por su seriedad e indesmayable defensa de la formalidad, publiciten de manera constante y destacada un restaurante miraflorino que opera desde hace algunos años sin licencia municipal de funcionamiento, cobijado por un “amparo” judicial en el mejor estilo de la mafia de Orellana Rengifo, es decir, con muchas amistades entre los administradores de justicia.

Ahora que celebramos Mistura, deberíamos rechazar de la manera más enérgica a quienes pretenden hacer de la gastronomía de alto nivel un negocio, no de cinco tenedores, sino de chavetas, como vulgares pandilleros.