Facebook Viernes, 21 noviembre 2014

La Municipalidad de Lima ha colocado esta placa en el Museo de la Inquisición. En Perú faltan cuatro más para recordar estos hechos

He leído a mucha gente satisfecha por esta placa que la Municipalidad de Lima ha colocado en el Museo de la Inquisición de Lima, que no solo es justa sino que especifica muy bien los crímenes que se cometieron en ese lugar. De acuerdo. Pero en el Perú falta colocar muchas placas más recordando hechos más recientes.

Sería bueno colocar en la plaza de Huanta una placa recordando que ahí, en junio de 1969, 30 personas, entre estudiantes y campesinos, fueron masacradas por el gobierno revolucionario del general Juan Velasco Alvarado (a quienes muchos hoy quieren canonizar), solo por reivindicar la gratuidad de la enseñanza mientras coreaban «los libros cuestan caro y las botas se regalan».
Sería necesario colocar una placa en la plaza principal de Accomarca recordando que en agosto de 1985, durante el primer gobierno de Alan García, cerca de setenta personas fueron torturadas, violadas y asesinadas ahí en un acto que solo puede calificarse como un repugnante crimen contra la humanidad.
No estaría demás colocar una placa en la plaza de Lucanamarca, donde 69 personas fueron ultimadas a machetazos y hachazos por los terroristas de Sendero Luminoso en represalia por la muerte de uno de sus mandos. Sería bueno colocarla ahora que tantos jóvenes y no tan jóvenes se dedican a relativizar y a justificar los crímenes y horrores de ese grupo totalitario y sanguinario.
Sería también importante colocar placas en Barrios Altos, en La Cantuta, en el Santa y en el pueblo de Santa Bárbara, lugares donde el grupo Colina ejecutó y desapareció a decenas de personas durante la dictadura de Alberto Fujimori, gobierno al que actualmente parece tan difícil adjetivar como lo que fue en los medios de comunicación y que algunos siguen calificando como el mejor de la historia de este país.

Sería bueno tener en cuenta esas placas, y otras más. Ojalá que no sea como en el caso de la Inquisición y no tengamos que esperar doscientos años para que se coloquen donde deben colocarse.