Facebook , noticias , politica Martes, 16 junio 2015

15 argumentos equivocados sobre el aborto que seguramente has escuchado

Los motivos son muchos y las soluciones pocas. Foto: Yo Aborté.

Los motivos son muchos y las soluciones pocas. Foto: Yo Aborté.

 Escribe: Yo Aborté

Actitudes que aparecen cuando se discute sobre el aborto.

Este texto fue escrito por Danillo Castelli, coordinador del colectivo Marcha de las Putas de Córdoba. En ‪#‎YoAborté‬ recibimos constantemente algunos ejemplos de los comentarios que están escritos en este documento. Aquí están sus respuestas, por anticipado. ¡Es nuestro cuerpo, es nuestro territorio!:

I

Querer imponerle a los demás sus dogmas religiosos u otro tipo de creencias metafísicas. Esta sociedad laica, dentro de los límites establecidos por el respeto a los derechos humanos (y en el Perú, por la Constitución), nos permite a todos profesar la fe que elijamos y regular nuestra moral y nuestro comportamiento según ella. Si un grupo pretende que el resto de la sociedad viva según sus creencias está siendo AUTORITARIO y esa pretensión será resistida.

II

Llamarles «bebés» o incluso «niños» a los embriones. Solamente la persona gestante puede «ahijar» al embrión que tiene en su útero: esto no es una competencia de terceros. Desde un punto de vista científico un embrión NO ES TODAVÍA UNA PERSONA (ver fuente «12 semanas«).
Para quienes todavía tengan problemas para aceptar este hecho consideren este dilema moral: si en un incendio tuvieran que elegir entre salvar a un bebé que está en una cuna y un recipiente con decenas de óvulos fecundados, la lógica embrión=bebé exige que prioricen al recipiente. ¿Elegirían el recipiente porque allí dentro hay más «bebés» que en la cuna? Por favor respondan esto antes de continuar con ese argumento.

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«Desde un punto científico un embrión NO ES TODAVÍA UNA PERSONA». Foto: ElLiberatio.com

III

«Si no quieren abortar que sean responsables y se cuiden«. El embarazo no solo puede ocurrir por elegir tener sexo sin medidas anticonceptivas. También puede ocurrir por abuso sexual, por falla de las medidas anticonceptivas e incluso por desconocimiento de las mismas, en especial en el Perú, donde no existen políticas de educación sexual y el sexo es un tabú. Quienes creen que viven en un país donde todo niño o adolescente sabe de medidas anticonceptivas no conocen la histórica falta de acceso a la educación sexual y reproductiva en el país ni están informados del lobby hecho por sectores conservadores para sabotear la aplicación de una ley nacional de Educación Sexual Integral en las escuelas.

Además, tomar la decisión de abortar es una actitud de responsabilidad. Significa asumir que no se está en condiciones de tener un hijx en ese momento de la vida (porque se es muy joven, porque se tienen otros proyectos, porque ya se tienen otros hijos, por incapacidad económica de mantenerlo) y que no podrá darle la calidad de vida que este merece, sino al contrario, desmejorar la propia y la de un tercero.

IV

Las expresiones misóginas como «bien que te abriste de piernas en su momento«. Esta expresión brutal, de la que lamentablemente han sido víctimas muchas mujeres jóvenes incluso en pleno trabajo de parto, demuestra el terror puritano que todavía persiste en nuestra cultura respecto al placer sexual (y sobre todo el placer sexual femenino), el sexismo de dar por hecho que la responsabilidad de la anticoncepción/prevención es únicamente de la mujer, y la consideración implícita del embarazo como castigo por una conducta impropia. Esta es la manifestación más clara de que en algunas personas la oposición al derecho al aborto tiene su base en una postura anti-mujer y no en una postura «pro-vida«. Algunas personas necesitan juzgar la vida sexual de una mujer para determinar si «merece» abortar o si debe ser castigada con la obligación de gestar y parir. Esto es, dejando de lado que las mujeres tienen derecho a disfrutar de su sexualidad sin tener como finalidad la reproducción, y en el Perú el inicio de la vida sexual de una mujer es en promedio a los 14 años, así que, obviamente, muchas no esperan un nivel determinado de «madurez» y justamente por esto, no estarían capacitadas para ser madres, al menos no buenas madres.

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La vida sexual de una mujer se inicia, en promedio, a los 14 años. Foto: Trome

V

Hablar como si el aborto no fuera una decisión difícil para la persona que está frente a ella, y como si todas lo vivieran igual. Así como cada persona vive su embarazo de manera personal y de acuerdo a su contexto económico, social y cultural, exactamente lo mismo pasa con la interrupción del embarazo. La decisión de realizarse un aborto no es ningún «trámite«, ni es como «sacarse una muela«, primero porque como en toda operación existe un mínimo riesgo a la salud; segundo, porque esta decisión es doblemente difícil en una sociedad donde el aborto está ilegalizado y en un entorno donde se lo estigmatiza.

VI

«Con la legalización va a aumentar el número de abortos«. Esto es falso, a quienes afirman eso hay que preguntarles de qué fuentes lo sacan. Lo que realmente pasa cuando se legaliza el aborto es que se acaba con el negocio del aborto clandestino, desciende el número de muertes de mujeres como consecuencia de las condiciones inseguras en que acceden a esta operación, e incluso desciende el número de abortos ya que al hacerse legalmente y no en la clandestinidad se acompaña con educación y entrega de anticonceptivos, lo cual disminuye la reincidencia (ver las fuentes citadas al final).

VII

«Ustedes están a favor del aborto«. Equivocado. Estamos a favor del DERECHO A DECIDIR. Todos podemos tener una opinión personal a favor o en contra del aborto en general o de un aborto en particular. Pero lo que nos importa es que sea la persona gestante la que tenga el poder de decidir si continúa o no con el embarazo. Ninguna persona que no quiera hacerse un aborto (por el motivo que sea) será obligada a realizárselo, pero nadie tiene derecho a imponer sus decisiones personales a otras mujeres que no piensan igual.

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Apoyar a que sean ellas las que decidan, no es apoyar el aborto.

VIII

«Estoy a favor del aborto solo en casos de violación o peligro de muerte«. Eso significa cambiar el valor de la vida del embrión dependiendo de las situaciones, por lo tanto no es el aborto en sí lo que se condena, sino la autonomía de la decisión. Estas personas no consideran al aborto como el ejercicio de un derecho que tiene el individuo a decidir sobre su propio útero y su contenido. Lo consideran como un privilegio al que solo se debe acceder si se cumplen ciertas condiciones puestas por la sociedad.

IX

«No puede ser una decisión de la mujer sola, el padre también tiene voto«. Error. No hay padre si no hay un hijo. Un embrión no es un hijo. Recién cuando se continúe con el embarazo y se llegue al parto puede hablarse de hijo y por lo tanto de maternidad y paternidad. Hasta ese momento, el único voto que cuenta es el de la persona gestante.
«Pero el padre es dueño del material genético, por lo tanto debe poder decidir«. Es igual. Incluso en el caso de una persona que gesta el óvulo fecundado de otras dos personas, sigue siendo su cuerpo el que pasa por el embarazo. Así que si vamos a hablar de derechos de propiedad, son los derechos del dueño del útero los que más cuentan.

X

«Si se permite el aborto libre entonces nadie se va a cuidar» o «quieren que el aborto sea un método anticonceptivo«. Esto tiene la misma lógica que decir que si todos accedemos a tratamiento odontológico entonces nadie se va a cepillar los dientes. Banaliza el proceso de aborto como si fuera algo por lo que toda persona querría pasar varias veces en su vida. Fomenta la creencia muy dañina de que todo el mundo tiene acceso a la educación sexual y a los anticonceptivos (algo que está lejos de cumplirse en nuestro país). Fomenta la creencia muy dañina de que los anticonceptivos no fallan. Fomenta la creencia de que solo las personas irresponsables tienen embarazos no deseados. Fomenta la creencia de que existe un grupo de persona llamado «los abortistas» a quienes únicamente les interesa la legalización del aborto y no la educación ni los anticonceptivos, cuando la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Libre y Seguro tiene como consigna histórica «Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir«.

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«Aborto legal y seguro para no morir», es lo que se pide. Foto: Publico.es

XI

«No aborten, denlo en adopción». En el Perú, no existe un protocolo para «dar en adopción» a un niño. Si bien existe una forma de adoptar a niños, los miles que ocupan los albergues han sido rescatados de situaciones de abandono, explotación, maltrato u orfandad y son condenados a vivir en condiciones terribles, en ambientes de abuso físico, psicológico y sexual en estos lugares. Además, el supuesto «buen futuro» que les espera es lejano tomando en cuenta que en este país se dan entre 200 y 300 adopciones al año debido a los duros requisitos (como prohibir a parejas homoparentales o trans adoptar, o exigir que tengan hijos biológicos previos), lo que ocasiona que muchos de los niños que están en albergues queden en situación de abandono a los 18 años.

Si por casualidad se modifican las normas y se convierte en una posibilidad, no puede ser una imposición en todos los casos, porque significa obligar a alguien a tener un embarazo y un parto contra su voluntad. La hipocresía de las personas que hacen esta propuesta se ve clara cuando no solo no están dispuestas a adoptar ellas mismas, sino que, lejos de comprometerse para reformar el sistema de adopciones y hacerlo más ágil, se manifiesta en contra de la adopción por parte de gente trans o de parejas del mismo sexo.

XII

«Es asesinato«. Para esto tendríamos que estar hablando de una persona. Si vamos a poner a un embrión al mismo nivel que una persona, ¿por qué detenernos ahí? Hagamos lo mismo con el óvulo y el espermatozoide por separado. En cuyo caso, las personas que menstrúan son asesinas seriales y las personas con pene que eyaculan sin fines reproductivos cometen genocidio.

XIII

«El feto abortado siente dolor«. El feto recién es capaz de procesar dolor entre las 20 y las 30 semanas de gestación. Mucho después de las 12 semanas, plazo en que se suele poner el límite para la interrupción voluntaria del embarazo.

XIV

«Deberían promover la educación sexual en vez de decirles a las mujeres que aborten«. Hemos difundido el libro «Hablemos de aborto y misoprostol«, donde además explican la efectividad de los métodos anticonceptivos y el modo correcto de usarlo. Además, hemos recibido constantes consultas vía inbox sobre anticonceptivos que respondemos amablemente y existen otras páginas y organizaciones dedicadas a esto.

XV

«Están dando un mal ejemplo, las chicas van a pensar que abortar no es malo«. Abortar no es malo. Tener un embarazo no deseado es malo. Es una experiencia traumática que una mujer debe sobrellevar y superar, y los insultos, recriminaciones, o explicarles que ellos hicieron distinto, no quitará el hecho de que ellas YA ABORTARON. No están considerando hacerlo, no están con la duda, está hecho. Sus palabras, ya sean para insultar, generar culpa, explicar que pudieron hacerlo distinto, no sirven de nada ahora.

Terminamos con palabras del doctor René Favaloro que siempre conviene tener a mano:

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«Estoy harto de que se nos mueran chicas pobres para que las ricas aborten en secreto». Foto: Blogdebioetica.com

«Los ricos defienden el aborto ilegal para mantenerlo en secreto y no pasar vergüenza. Estoy harto de que se nos mueran chicas pobres para que las ricas aborten en secreto. Se nos mueren nenas en las villas y en sanatorios hacen fortunas sacándoles la vergüenza del vientre a las ricas. Con el divorcio decían que era el fin de la familia y sólo fue el fin de la verguenza de los separados ilegales. Con el aborto legal no habrá mas ni menos abortos, habrá menos madres muertas. El resto es educar, no legislar

Fuentes: