Foto: Facebook

Escribe: Nicolás Kisic Aguirre

Sale la señora que vendía pan con huevo, en su lugar entra un ‘food truck’.
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Los últimos acontecimientos dan para pensar más allá del abuso del que es capaz un grupo del cuerpo de Serenazgo de San Isidro. Los serenos formaban parte, esa mañana, de un operativo de fiscalización en el que, aparentemente, la consigna era destruir, liquidar y terminar con los negocios de vendedores ambulantes informales. Al menos eso fue lo que pretendieron hacer con la señora que vendía pan con huevo desde una canasta, cerca de una estación de Metropolitano, al borde del distrito con Lince. Según redactan las noticias y como se puede ver en el vídeo con el que se denunciaron los abusos, a la señora le tiraron todo el negocio al suelo. Todo el pan, todo el huevo, todo el tiempo que destinó haciéndolos esa mañana; y, probablemente, *todo* su capital invertido en la esperanza de una buena jornada. La señora ya no tiene nada, y nadie sabe cuánto tiempo tardará en recuperar su negocio, si acaso logra reponerlo del todo.

En simultáneo, la Municipalidad de San Isidro (MSI) *también* se esfuerza por promover, paradójicamente, la existencia de una oferta de comida ambulatoria alrededor de algunos espacios públicos del distrito. Por ejemplo, sobre el Parque Abtao, de lunes a viernes es posible encontrar una serie de ‘food trucks’ en donde; además, se han distribuido mesas y sillas para la comodidad del comensal. La finalidad de la MSI es noble: busca darle vida a sus espacios públicos activamente. Ofrece también distintas actividades durante otros días, como los mercados ecológicos de los domingos, o los conciertos gratuitos que ha organizado exitosamente a lo largo del año. Bien. Vida urbana, interacción, integración, todo mejora. Pero…

¿Tan distinta es la señora que ofrecía desayunos de los ‘food trucks’ del Parque Abtao?

Food Truck: tía veneno versión chick.
Imagen: Publimetro

Que no engañen las diferencias de forma. De certificados, de autorizaciones, de formalidades. La señora de los desayunos, en el fondo, hace el mismo negocio que los ‘food trucks’ y resulta extraño que haya una represión tan fuerte de su modelo de negocio mientras que, a la par, existe un fomento tan efusivo de los novedosos ‘food trucks’.

Es cierto, si se hubiese estacionado un camión de comidas a vender desayunos al lado de la estación del Metropolitano, quizás le hubiesen pedido que se marche. Quizás le hubiesen pedido que tramite su autorización, o que se adhiera a la asociación de ‘food trucks’ para disfrutar del convenio con la municipalidad. De ninguna manera se hubiesen metido al camión, hubiesen tirado todos los ingredientes al suelo, lo hubiesen destruido ni lo hubiesen reprimido con la magnitud que; en general, se ejerce el poder en la ciudad para basurear a pequeñísimos empresarios que buscan también una oportunidad.

La MSI acierta al vincular negocios de comida a espacios públicos con la finalidad de enriquecer la vida urbana de su distrito. AHORA es un buen momento para que se incluya también a quienes desde hace tiempo ya venían cumpliendo un rol que se ajusta perfectamente a esa visión. A la señora de los panes con huevo y a todos los mini-negocios similares hay que ayudarlos a tener éxito y no, al revés, reprimirlos y destruirlos como ha ocurrido hace poquito.

Afortunadamente, la actual gestión frente al municipio de San Isidro ha demostrado tener capacidad de escuchar, entender y corregir cuando han surgido situaciones inesperadas. Aquí hay una clarísima oportunidad.

¿No?