Facebook , feis , redes sociales Miércoles, 30 diciembre 2015

«Nos centramos en Castañeda pero la falta de visión sobre la Costa Verde antecede su gestión»

parche

La «salvajada amarilla» vista desde el cielo. Foto: El Comercio

Escribe Pablo Secada

El principio básico sobre el que debería desarrollarse la Costa Verde es de libre acceso a la playa y el mar. Acceso físico, visual y auditivo. El más reciente de los mamarrachos que han hecho en La Pampilla va exactamente contra este principio.

Nos centramos en Castañeda pero la falta de visión sobre la Costa Verde antecede su gestión y trasciende a la Municipalidad. Las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales de La Chira y Taboada tratarán las aguas servidas y, más limpias, las arrojaran al mar. La tecnología terciaria de tratamiento hubiera reusado dichas aguas, para forestar la Costa Verde y regresarle su color y su vida, además de evitar accidentes de modo orgánico.

Se debe seguir ganando espacio al mar. Eso se puede hacer hasta en armonía con quienes corren olas «abajo», como mi hijo mayor. Un malecón de verdad para peatones, ciclistas y demás debe venir después de la playa. El acceso a la playa debe ser libre, para lo cual se deben expropiar las edificaciones que lo impiden. Debe haber vista a la rompiente desde el malecón. Las multas por el uso innecesario del claxon deben ser efectivas.

malecón

Así se ve el malecón de la Costa Verde. Foto: vía Trome

 

El plan de Fernández Dávila. Flores y Zubiate, que ganó un concurso durante Castañeda II y se volvió en el plan maestro, para lo que ignoraran con maestría esa gestión y las dos siguientes, busca abrir espacio para edificar sobre el suelo al lado del cerro. Espacios públicos le darían vida a la Costa Verde todo el año, a diferencia de los malecones que hizo la gestión Villarán que se usan solo parcialmente en el verano.

La visión de la Costa Verde tiene que resultar de un amplio debate que termine con un concurso pública internacional. Se debe concretar a través de una APP que diseñen los mejores del mundo y nuestro país. Me consta que los mejores tienen interés. Es con esta Costa Verde, la posible y la que merecemos, que debemos contrastar la última salvajada amarilla. Es, pues, una mucho mayor salvajada aún.