Facebook , feis , redes sociales Jueves, 31 diciembre 2015

Cosas que agradecer a The Force Awakens

rey

Foto: Lucasfilm

Escribe Alexis Iparraguirre

1. Narratividad. Dios, qué manera de contar. He estado los diez últimos años sometido a una andana de blockbusters, incluyendo la muy celebrada Avengers que no sabían contar nada. Las acciones se resolvían por puros ex machinas formales: suspenso por efectos especiales masivos, por tiros de cámara aberrante, por que todos los personajes se empezaban a mover como Neo de Matrix y sabían karate. En TFA pasan hechos y se resuelven en los hechos y en las actuaciones (y de eso salen tantos cabos sueltos). Y, a la franca, estaba harto de ver cine intentando figurar cuadros de cómics. En TFA ritmo, montaje, pulso narrativo, tempo, todos son vertiginosos y ejemplares de que se puede contar maravillosamente una película de fantasía sin filmar un cómic, un puro video-juego o una de karatekas.

nazis

Foto: Captura de YouTube

 

2. Personajes. Es bastante difícil que viendo Batman o The Avengers te levantes casi del asiento cuando los protagonistas se enfrentan a duelo o les falta un pelito para morir. En mucho porque sabes que están peleando con efectos digitales. Pero pasemos eso por alto temporalmente. A mi me pasa que cuando se producen esos puntos álgidos de la trama en una película de Nolan siempre me detengo a pensar qué inteligente es Nolan (y está bien). En Avengers no me preocupo porque a todos ellos les puede caer un edificio encima como a Goku y no les va a pasar nada. Los personajes de TFA nos recuerdan que hay personas en los protagónicos y les pueden pasar cosas graciosas, sonsas y que, como interactúan con otros actores que están en esa circunstancia, o que se esfuerzan en parecerlo, las consecuencias risibles o trágicas tienen su propia gravedad en la lógica de las relaciones humanas. Okey, no es Shakespeare, pero nunca pierdes de vista que son personas, y no efectos especiales. Actúen bien o mal, hay un factor de identificación que construye nexos entre ellos y el auditorio (y en eso JJ Abrams es ejemplar haciendo castings y dirigiendo actores) En eso también el disgusto de muchos por la digitalizacion de Snoke o Maz Kanata. Y volviendo por lo mismo a los efectos digitales, es clarísimo que siguen siendo poco creíbles, una convención que se acepta más por inevitable en términos económicos, y que son a las películas como el mp3 al vinilo: nunca los hemos terminado de aceptar, especialmente cuando volvemos al vinilo.

personajes

Foto: www.screenrant.com

 

3. Todo está en su sitio en el nuevo universo. Y eso tiene sus problemas ciertamente porque parece que el antiguo universo quedó medio petrificado en el nuevo. Pero aquí yo agradezco enormemente a a JJ Abrams el pensar que había que poner un poco de orden en esa laberinto visual de las precuelas. Y lo digo haciendo la salvedad de que en ellas no hubo nada de originalidad sino el horror al vacio propio del derroche. Lucas tenia todo el dinero del mundo para hacer todos los efectos visuales del mundo en sus nuevas creaciones y los empleo sin ningún criterio de verosimilitud, narratividad, pertinencia o gusto. Las precuelas parecen tiendas de 99 centavos para amueblar de chucherías toda la galaxia. Me imagino a Lucas diciendo «Ahí falta un palacio», y se lo dibujaban hasta con el bordado del uniforme del ultimo cortesano que lo habitaba porque había presupuesto, pero sin que fuera necesario para la historia. Y en TFA no hay ni un solo detalle visual que no corresponda a la economía del relato. En términos de coherencia estética es el mundo de Star Wars, no un disparate. El disparate son las precuelas, en cuya multiplicación incesante de razas, ejércitos y decorados hay una incontinencia infantil y no artesanía (de hecho, es tan claro que es un problema que la película mejor de ellas, la III, es la más concisa visualmente hablando). Por eso se ha dicho, y tomemoslo por el lado amable, que episodio VII es un reboot. Y que bueno que lo sea. Basta de originalidad gratuita. A decir verdad, luego de verla dos veces, la única redundancia que se padece es el raid sobre la Star Killer y los abismos donde se precipitan siempre los héroes caídos, pero el resto de citas funcionan perfectamente como tropos del relato antes que autoplagios.

universo

Foto: www.screenrant.com

 

Dicho todo lo anterior, está claro que disfruté de TFA y por ello quiero aclarar que es equivoco el uso de la palabra «nostalgia» para describir el gancho que tiene la película para los antiguos fans. La nostalgia es la memoria melancólica del bien perdido, según se entiende desde el romanticismo. TFA no me produjo melancolía ni me sentí frente a la recuperación de la infancia. Sentí simplemente que volvía a hacerse un género cinematográfico que me gusta disfrutar con toda la familia, los amigos, muchas sonrisas y mucha canchita.