Facebook , feis Martes, 23 febrero 2016

Otra versión de la historia del desalojo en la playa El Silencio (GALERÍA)

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Desalojo cantado. Foto. Zoe P. Massey

Escribe Zoe P. Massey

Ayer, lunes 22, aproximadamente a las 10:30 p.m., recibí un mensaje de un amigo comerciante de la playa que me avisaba que esta madrugada, parecía, sería el desalojo tan comentado durante los últimos meses. Desde esa hora casi todos los comerciantes de los restaurantes empezaron a sacar sus cosas. Camiones bajaban a la playa y subían cargados de electrodomésticos, mesas, sillas, tanques de agua, hasta plantas. Parecía que sería real.

Hoy, aproximadamente a las 5:30 am,  pude escuchar los gritos de los vecinos desde el malecón diciéndole a los de abajo que suban porque llegaba la Policía. Uno de ellos dijo: ya vámonos, son 3,000, ya para qué lucharla. En efecto; bajaron aproximadamente tres mil efectivos policiales (que según me comentaba un Mayor, vienen de Lurín, de Lima y hasta tan lejos de aquí como Puente Piedra), hay algunas tanquetas (creo que cuatro), porta tropas (¿si no como vienen los policías?) y la Policía montada (yo estoy totalmente en contra del uso de caballos y el mismo Mayor me explica que los caballos no son afectados en caso de bombas lacrimógenas y permiten que entre la policía montada de ser necesario. Igual no me encanta pero me sorprende).

Entonces se dio el desalojo y yo voy a contar lo que he visto por aproximadamente cinco horas, tomando fotos de todo (para el que no sabe, la orden judicial del desalojo estaba ya dada desde noviembre del año pasado. TODOS ya sabían que se iban a tener que ir).

  1. Ellos son TODOS invasores ilegales (así como aplaudes que desalojen los que ocupan ruinas, esta es una playa pública).
  2. No pagan impuestos (así como te quejas que Telefónica no paga, ellos tampoco).
  3. A ellos se les desalojó en el 2009 y regresaron con una famosa y absurda acción de amparo que los volvió intocables (así como te molesta el abuso…).
  4. No tienen agua ni desagüe.
  5. Repito: la orden judicial y el aviso están dados desde noviembre del 2015. Ellos decidieron no moverse.
  6. Es un desalojo SÚPER pacífico. Lo he visto todo. No te invento, no opino sin saber. La Policía ha entrado de a pocos, no hubo agresiones. Se les ha dado tiempo a todos de sacar sus cosas, incluso las maderas de los locales y la retroexcavadora ha estado yendo y viniendo para poder darles más tiempo de poner todo afuera.
  7. La playa es PÚBLICA. Aquí, sin embargo, no podías entrar sin que te cobren 10 soles para hacerlo. Había un consumo mínimo para usar «sus espacios» (consumos a los que se le sumaba «mobiliario» y «servicios» llegando a pagar más que en restaurantes con las debidas comodidades y servicios).

Si bien nadie quiere que otro se quede sin trabajo, ¿les parece justo algo de lo que les comento?, ¿siquiera legal?. ¿Se puede justificar una invasión de terreno público solo por esta idea? No lo creo, porque estoy segura que todos queremos que nuestro país mejore, que se respeten los espacios públicos y que se protejan los naturales. Como esta hermosa playa.

Galería de Imágenes

(Créditos: Zoe P. Massey)

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Sí, a poquísimos metros del mar (y con ese cartelito).

 

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Unos tres mil policías bordean la zona del desalojo.

 

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Así va quedando la playa despejada.

 

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De a pocos, los comerciantes que invadían el espacio público en El Silencio, van llevando sus cosas.

 

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Sí, estamos todos de acuerdo que no queremos que hagan edificios pero depende de todos seguir protegiendo el espacio público. Así que de suceder esto, espero ver a todos los que suponen que ello pueda pasar, en pie al lado de nosotros, exigiendo se respete el espacio público como tal. Informados ahora están.

Voy a resaltar el trabajo de la policía; ha sido en un orden impecable, sin desmanes, sin agresiones, sin correteadas ni nada. Han respetado a la gente y han pedido respeto para ellos: «por favor, señores, saquen sus cosas esto es un acto PACÍFICO», repitieron varias veces en un megáfono mientras avanzaban en filas por los locales. De verdad impecable (y sabrán que, lamentablemente, no suelo aplaudir mucho sus acciones).

De yapa diré que la misma gente que vive aquí en el pueblo, no en Señoritas o Caballeros,  no deja de decir que «ya era hora» y que eran muchos unos abusivos. Como me dijo el policía mismo: «qué tal raza, ¿o sea que yo quiero un negocio entonces lo puedo poner donde me da la gana y hacer lo que me da la gana?». Ellos no solo han hecho eso sino que han malogrado por completo el paisaje de la playa, ya ni se veía el mar.

Y tiene razón. Hoy, mientras se llevan ya todos los escombros en volquetes, puedo ver la arena de esta playa a la que he venido desde chica. La ley es la ley, aquí se ha hecho respetar, entonces respetémosla todos. Mientras escribía esto un grupo de unos 20 comerciantes (de más de 60 quioscos en total) gritaban ante las cámaras: «la playa no se vende , alcalde corrupto». Irónico, viniendo de gente que tomó la playa como propia y cobraba por su uso.

Es la una de la tarde y ya no se oye bulla afuera. Hay algunos metidos en el mar y mañana, al parecer, ya estaría todo limpio para poder usar TODOS nuestra playa. Eso sí, trae sombrilla que no encontrarás otras por el momento. El Silencio es una de las playas más lindas de nuestra ciudad, CUIDÉMOSLA TODOS.