Foto: El Comercio

Escribe: Sayuri Andrade

Ayer le hicieron un enlace en vivo a Máxima Acuña en canal N. La presentaron como una mujer ejemplar que defiende la naturaleza y que recientemente recibió un prestigioso premio por ello. La reportera empieza felicitándola, preguntándole como se siente, qué la motivó para defender el ambiente, y de pronto le pregunta si ella está en contra de todo tipo de minería o si estaría a favor de una minería responsable.

Máxima, con firmeza, le dice que ella está en contra de la mina que contamina, que mata, que la ha perseguido por años; la reportera vuelve a insistir con su pregunta, Máxima le vuelve a decir que ella defiende la vida, y por tercera vez, nuevamente le vuelve a preguntar sobre la minería responsable. Máxima, visiblemente molesta, le vuelve a recalcar que aquí no hay minería responsable, que no es responsable cuando mata todo a su paso.

Finalmente, la reportera termina pidiéndole que cante la ‘canción’ (que en realidad es un yaraví) que entonó en la ceremonia. Máxima le dice que ella no aprendió a leer ni escribir, pero que en su canto expresa todo lo que ha vivido esos años. Digna, terminó de cantar y dijo que ella no le tiene miedo al poder de las empresas y que está dispuesta a dar su vida para defender su tierra. La reportera y la conductora del noticiero cierran la nota resaltando lo bonito que canta y que es un ejemplo de la defensa de la naturaleza.

Y eso es en lo que la quieren convertir, en un canto sentido, en parte del paisaje, en una mujer que defiende el medio ambiente, pero no son capaces de narrar el dolor y la injusticia, la profunda desigualdad de nuestro país, el poder de las empresas en complicidad con la policía, el gobierno, la prepotencia del poder económico, las amenazas, los juicios, el dolor, el dolor de las todas las Máximas de nuestro país. ¿Algún canal de televisión ha ido a preguntarle y re-preguntarle a Yanacocha por las denuncias de hostigamiento, por quemar su casa, matar a su perro, cercar sus terrenos?

Recibir un premio no te hace intocable, recordemos que nuestro país es uno de los más peligrosos para los defensores del ambiente. Y Máxima es más que una defensora del ambiente, es una campesina luchadora que se ha enfrentado al poder del dinero, a la injusticia del sistema que privilegia ‘el progreso’ y que defiende con su vida, la vida.