Facebook , feis , noticias , politica Miércoles, 15 junio 2016

«Crónica de una calumnia», por José Chlimper

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Primer pronunciamiento del excandidato a la vicepresidencia por Fuerza Popular luego del escándalo de los audios manipulados. Diseño: Útero.pe

Escribe: José Chlimper Ackerman

Hace medio año reuní a mi familia para compartir con ellos una noticia. Sin adelantarles nada, adivinaron de qué se trataba. ¿Te vas a meter en política, no? me preguntó mi hija. Solo si ustedes me dan su autorización, respondí y procedí a explicarles por qué sentía que debía hacerlo.

Luego de 40 años de intenso trabajo privado, he podido tener un espacio para mí y para mi familia. A pesar de que estoy muy orgulloso de los frutos de mi trabajo y del de mis socios, le confesé a mi familia que aún no me sentía del todo feliz con lo que había logrado. Las oportunidades que yo tuve desde que nací fueron profundamente ventajosas en comparación con el promedio de nuestro Perú.

Esa tarde compartí con ellos la sensación de que si vivía mis últimos años como semi-jubilado, al final de mi vida me arrepentiría de no haberle devuelto a la sociedad algo que sentía que me correspondía entregarle. Mi familia me entendió y me dio todo su apoyo.

Fue así como decidí aceptar la invitación de Keiko para acompañarla como candidato a la primera vicepresidencia. Lo acepté de ella y de nadie más por la admiración que siento por su integridad, su empuje y por la voluntad que veo en ella de demostrarle al Perú que puede recoger lo mejor del gobierno de su padre y en simultáneo distanciarse de lo negativo, construyendo un partido democrático que trascienda a su apellido. Sentí que con mi experiencia podría ayudarla a construir ese sueño y sumar en la reconciliación del país.

Durante la campaña intenté aportar con un estilo técnico y proposicional en cada entrevista que di. Me abstuve de entrar en confrontaciones, evité usar adjetivos y difamar a mis contendores y traté de inspirar a los demás militantes de Fuerza Popular a seguir ese estilo.

Tres semanas antes de las elecciones, el programa Cuarto Poder emitió un reportaje que narraba la denuncia de Jesús Vásquez, un supuesto y auto-proclamado informante de la DEA que involucraba directamente a Keiko Fujimori en una operación de lavado de activos. El reportaje daba a entender que la DEA había corroborado que había una investigación en curso. La mañana siguiente amaneció con decenas de titulares que insinuaban que Keiko había sido sindicada como culpable por dicho reportaje. “Keiko me entregó 15 millones” vociferaba la primera plana del diario La República.

Al día siguiente, luego del engañoso reportaje, los headquarters de la DEA publicaron un comunicado que afirmaba que Keiko no estaba ni había estado nunca bajo investigación de la DEA. Durante esa semana nuestro representante en la Florida, experto profesional en lucha contra el lavado de activos y otros fraudes, recibió diferentes informaciones sobre el supuesto informante de la DEA, Jesús Vásquez: Inexistencia de Licencia de piloto de avioneta, sentencias por estafas, denuncias por falta de pago y/o falsificación de cheques y cinco grabaciones telefónicas entre las que destaca una grabación de más de 3 minutos conducida por uno de sus acreedores impagos, la misma que demostraba claramente el carácter informal y errático del Sr. Vásquez, cosa que el reportaje de Cuarto Poder no supo ilustrar. ¡Hasta UBER le había cancelado la licencia!

Con la finalidad que se conociera la calidad moral del gran denunciante de Cuarto Poder, y dejar al descubierto la intencionalidad política del programa, presenté toda la información y la fuente de la misma en el partido y recibí el encargo de enviársela al Sr. Pedro Arbulú, Directivo de Panamericana TV, quien había aceptado recibirla. Almacené los 12 archivos que tenía, e incluí también mi nombre y mi correo para asegurarme de que, por transparencia, la información brindada siempre tuviera mi firma y la de mi fuente. Aquí pueden encontrar la cronología exacta de los hechos.

¿Por quién y con qué fin fue manipulado uno de los audios que entregué? No lo sé, pero sí sé a quién le convino y quiénes utilizaron el escándalo armado a su favor. Me atribuyeron a mí la autoría de la manipulación y atacaron ferozmente a uno de los voceros más activos de Fuerza Popular. ¿Por qué alguien que busca manipular a la opinión pública entregaría el audio original además del audio manipulado? ¿Por qué un montesinista –como me calificó Mercedes Araoz- que busca adulterar la verdad con fines electorales sería tan tonto como para incluir su nombre y su información de contacto en el USB en el que comparte la información? ¿Cómo la sola palabra de una periodista abiertamente anti-fujimorista (Albán, quien tuvo los dos audios desde un día antes de emitir su programa, pero dice que se dio cuenta de que eran diferentes recién dos días después de propalarlo) que dice que “cree” que yo manipulé los audios puede ser suficiente prueba para que la mayoría de los medios concluyan que eso ocurrió así? ¿Era eso prueba suficiente para dos portadas seguidas en el diario El Comercio? ¿El apostar mi honra para trabajar por mi país amerita el atropello desproporcionado del que mi familia y yo hemos sido víctimas en estos días?

Lo ocurrido solo refuerza mi voluntad de seguir trabajando en Fuerza Popular. En fortalecer el partido. En defender desde el Congreso los intereses de los electores que nos dieron su confianza y mandato, y luchar por las reformas que impidan que estas prácticas del pasado sigan vivas, y sean usadas por quienes dicen combatirlas.

Cuando reuní a mi familia para obtener su permiso de entrar en política sabía que lo que hacía significaba poner en juego mi reputación, aunque no imaginé cuánto. Siempre supe que algo de barro caería en el proceso, pero nunca imaginé este nivel de odio y difamación. Mucho menos lo esperaba de personas a las que he querido y respetado durante mucho tiempo. Agradezco a los pocos adversarios políticos y periodistas que no se dejaron llevar por la feroz campaña de desprestigio pero sobre todo a mi familia y amigos por el soporte que me brindaron durante estas tres semanas difíciles.

Pepe Chlimper.