Facebook , feis Lunes, 18 julio 2016

Si un video en el que se ve cómo arrastran a una mujer por el suelo no nos protege, ¿entonces qué nos queda?

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Increíble. Imagen: puquio.radiowayraperu.com

Escribe: Jimena Ledgard

Hace un año, Cindy Contreras estaba en un hotel con su pareja que había llegado de una fiesta, borracho, a encontrarse con ella. En el cuarto, ella intentó terminar la relación y, cuando el quiso tener sexo con ella y ella se rehusó, la golpeó, amenazó de muerte y ahorcó. Las venas de sus ojos se reventaron por la presión contra su cuello. Ella pidió a gritos ayuda, pero cuando el encargado del hotel subió a ver qué pasaba, no hubo respuesta. Cindy se había desmayado, no sabe por cuánto tiempo. Cuando recuperó la consciencia, vio a su pareja haciendo pila en el baño, así que se levantó y huyó. Esa es la parte de la historia que sucedió tras puertas cerradas, como sucede todo el tiempo en todo el mundo. Como posiblemente esté sucediendo en este instante mucho más cerca de lo que imaginas. Como tal vez le suceda a alguna amiga tuya, familiar o colega del trabajo sin que tú tengas idea.

Lo que siguió luego lo sabemos gracias a las cámaras de seguridad del hotel. Adriano Pozo, así se llama ese hombre, la golpeó y arrastró por el suelo, agarrada del pelo como si fuera un animal que llevas al matadero. Todos hemos visto esas imágenes. Cindy intentando huir y Adriano desnudo y enloquecido persiguiéndola y golpeándola.

Antes de ayer, un jurado, crucifijo en mesa, dejó a Adriano Pozo en libertad. 5000 soles, un año de prisión suspendida por «lesiones leves» y a su casa. Esos miserables, por cierto, también tienen nombre: María Pacheco Neyra, Nazario Turpo Coapaza y Edgar Sauñe de la Cruz. Grábense esos nombres. Ellos serán responsables si Pozo vuelve a ponerle un dedo encima, hoy, mañana o en un diez años a Cindy Contreras o a cualquier otra mujer. Ellos son los responsables de que hoy una mujer más deba vivir escondida y aterrada por su vida.

Si un video en el que se ve cómo arrastran a una mujer por el suelo no nos protege, ¿entonces qué nos queda?, ¿qué nos cuida?, ¿quién vela por nosotras?, ¿dónde mierda está el Estado al que tanto se supone le debemos? Si un video en el que nos golpean circula por todos los canales de televisión del país y aun así no pasa nada, ¿qué pasa cuando nos golpean, cuando nos violan, cuando nos amenazan en privado? Nos están matando y nadie hace nada.

Que la historia registre esa vergüenza y a sus culpables, y que hoy sea un llamado a la acción. Nadie nos va ayudar, necesitamos cuidarnos nosotras. ¿Cuándo tomamos la calle, hermanas?, ¿cuándo decimos nosotras «ni una menos»?