Facebook , feis Miércoles, 30 noviembre 2016

«¿Ya empezó la construcción asolapada de los bypasses de la avenida Salaverry?»

Escribe: César Vieira

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La avenida Guzmán Blanco. Imagen: Facebook

Cuando la Municipalidad de Lima empezó a remodelar la avenida Guzmán Blanco en octubre de este año, me pregunté cómo se les ocurre iniciar una obra en el mes morado y a dos meses de las fiestas de fin de año. Bueno, será una obra planificada y Lima se verá mejor.

Empecé a caminar diez cuadras todos los días para llegar al trabajo por el embotellamiento que se origina en la plaza Jorge Chávez, debido al bypass de 28 de Julio y las obras en Guzmán Blanco. Me sentí molesto al inicio. Luego me salió el economista y dije: «Bueno caminar es bueno para la salud y, por tanto, constituye una externalidad positiva de dicho proyecto».

Todos los días observo que dicha obra avanza a paso de tortuga (hay días en que parece desolada), sin que importe la incomodidad de los peatones. Pienso que el ciudadano no importa para las autoridades. Bueno, el plazo es seis meses, seguramente entregarán la obra a tiempo.

Veo un video de cómo en Fukuoka, Japón, repararon un hueco de más de 30 metros de profundidad en dos días y entregaron la calle en una semana, y me preguntó por qué no podemos hacer algo parecido. Bueno, los japoneses deben tener una tecnología más avanzada y además debe ser un problema de costos para la constructora si sus obreros trabajan de noche.

Pero ahora observo que el alcalde Castañeda está empecinado en imponer la construcción de bypass por todo Lima, cuando se ha comprobado que estos no solucionan el problema. Basta con observar los bypass de 28 de Julio y el de Habich para comprobarlo.

Además, fiel a su estilo nada transparente, mientras sus funcionarios dicen no saber nada, desde el 25 de noviembre, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ya tenía un proyecto valorizado en casi unos S/152 millones para hacer varios by pass en la avenida Salaverry..

Y justamente el proyecto que está en proceso de evaluación del MEF, con número de proyecto el 2335303, contempla el «mejoramiento de la infraestructura vial y peatonal» de la avenida Salaverry, en el tramo desde la avenida Guzmán Blanco hasta la avenida Del Ejército, atravesando los distritos de Jesús María, Lince y San Isidro.

¿Desde dónde? ¡Oh sorpresa! ¡Desde la avenida Guzmán Blanco! ¿Cómo? Pero si la están remodelando y será entregada a fines de marzo. El mejor alcalde de todos los tiempos, según Solidaridad Nacional, es tan eficiente que después de que el contratista entregue Guzmán Blanco (culminada a fines de marzo del 2017), deberá volver a ser demolida (por lo menos parcialmente) para construir el ingreso a uno de los by pass de Salaverry. Verdaderamente genial, ¿no?

Por si fuera poco, la Municipalidad de Lima pagó 360 mil soles a una consultora para que determinara la viabilidad del proyecto de los bypass de Salaverry. Y esta consultora no advirtió sobre este dispendio de recursos públicos en Guzmán Blanco. Si todo esto era parte de un plan integral, ¿por qué se inició la remodelación en dicha avenida? ¿O ya empezó la construcción asolapada del bypass de Salaverry?

Esta superposición de proyectos revela una completa improvisación e incapacidad de los funcionarios de la Municipalidad de Lima, la prepotencia del alcalde Castañeda por imponer su voluntad, el poco respeto que tiene por las incomodidades que causa a los ciudadanos y el uso ineficiente de los recursos públicos, lo que genera suspicacias sobre la transparencia de los proyectos y los verdaderos beneficiarios.

La ineficiencia en el uso de los recursos para favorecer intereses particulares también es una forma de corrupción. En consecuencia, la remodelación de la avenida Guzmán Blanco amerita una investigación de la Contraloría General de la República.

Algo huele mal en la avenida Guzmán Blanco y no es porque se hayan levantado las pistas y veredas.