Facebook , feis Viernes, 2 diciembre 2016

¿Y, señores, qué está haciendo el Ministerio de Educación por la educación de sus hijos?

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Escribe: Sandra Rodriguez

En octubre de este año, Colombia llevó a cabo el plebiscito para evaluar si refrendaba o no los acuerdos de paz con las FARC. Ganó el No con el 52%. Innumerables mentiras, falacias y verdades a medias fueron puestas a circular para hacer campaña por el No. Que el sí era mostrar aprobación a Santos, que se transferirían los recursos de salud y educación y salud al posconflicto, que los pequeños y medianos propietarios iban a perder sus tierras, que iban a cambiar el himno nacional, que los guerrilleros movilizados iban a recibir sueldos, etc. Entre esas falacias estaba la de “ideología de género”. Según este rumor, los acuerdos con las FARC la promoverían.

Pusieron a circular un mensaje que decía que el acuerdo de la paz traía de cola la aprobación de una «política pública de ideología de género”. Criticaron una guía para ambientes escolares libres de discriminación que, argumentaban, quería volver homosexuales a los niños. Rebotaron cartillas falsas que supuestamente iban a ser distribuidas por el Ministerio. Salieron curas y pastores a alertar a sus fieles, a hacer un llamado a no votar por políticas que atenten contra la moral cristiana. En agosto salieron a marchar miles de personas contra la Ministra a gritar adivinen qué: “Con mis hijos no te metas”. El hashtag de su campaña, un poquito modificado nomás: #NoTeMetasConMisHijos. Un mes después, este asunto fue decisivo para que el plebiscito por la paz, que no tenía nada que ver con eso, fracasara.

Nos están agarrando de cojudos, ¿se dan cuenta? La misma campaña están armando nuestros más sucios políticos. Tan igual que hasta se trajeron para la firma de su «Declaración de Lima” a Ángela Hernández, una de las diputadas de derecha que estuvo atrás de esta campaña en Colombia. Ahí aparece en las fotos de ese evento donde llamaban a la homosexualidad “obra del demonio”, al lado de Castañeda. Han optado por levantar el cuco -para muchos- de la “ideología de género” para armar una guerra ficticia. Saben de dónde pellizcar a las masas: “la familia”, “los niños”. Saben qué estrategias usar: documentos caducos, información falsa, sensacionalista, difundida hasta en el diario más leído del país. Conocen bien clarito cuál es el objetivo: crear una corriente de opinión desfavorable para la gestión del Ministerio de Educación, y en ese marco, desviarnos de lo importante: de que hay un puñado de negociantes de la educación, aliados con las bancadas apristas y fujimoristas, buscando bajarse las medidas públicas que buscan regular su actividad.

La educación se ha vuelto uno de los sectores predilectos para hacer plata fácil. Y además de funcionar como multiplicadores de dinero, las instituciones educativas se han configurado como las plataformas idóneas para afianzar objetivos y movimientos políticos, como bien lo demuestra la simbiosis que existe entre el partido político de Acuña y sus miles de sedes universitarias, academias, escuelas y nidos. Peor aún, la educación es hoy por hoy el sector favorito para lavar dinero, debido a todos los vacíos de fiscalización que la rodean. ¿No recordamos sino a Fidel Ramírez, dueño de Alas Peruanas, tío de Joaquín Ramírez, nuestro famoso ex congresista buscado por la DEA del que ya nadie habla hoy?

Así, ocultos tras la batalla falaz que se está armando ahorita, los protagonistas que están buscando la interpelación del Ministro Saavedra, pueden maniobrar tranquilitos en el Congreso, sin que la gente mencione ni recuerde sus nombres. Pero hay ahora que gritar sus nombres, obligarlos a salir de las sombras: Osías Ramírez, sobrino de Fidel Ramírez, dueño de Alas Peruanas; Miguel Ángel Elías, hermano de José Elías, dueño de la Universidad San Juan Bautista; Daniel Salaverry, ex coordinador de la USMP del aprieta José Antonio Chang; Lucio Ávila, plagiario y ex rector de la Universidad Nacional del Altiplano; Guillermo Bocángel, ex rector de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán; Javier Velásquez Quesquén, ex docente USM y promotor de la Ley Cotillo; Freddy Sarmiento, vinculado al empresario José Mundaca, investigador por lavado de activos; Milagros Salazar, docente UIGV y coordinadora de la Universidad Norbert Wiener; Leyla Chihúan, ex colaboradora de la UCV. Estos son algunos nomás de los congresistas que están moviendo las fichas para bajarse a Saavedra.

Sólo una vez que se los ponga a ellos bajo los reflectores la gente podrá darse cuenta de que los menos que les importa es la educación. De que sólo están cuidando sus negociazos. Y que la razón por la que han optado poner a la opinión pública en contra de la gestión de este ministerio utilizando la mentira de la “ideología de género”, es porque son bien conscientes de una cosa: que con la educación de sus hijos la gente no se juega, que en pocas cosas hay un consenso tan difundido. Sino que lo diga Acuña, cuyo ascenso en la carrera electoral fue demolido cuando se pusieron en evidencia sus plagios sistemáticos.

¿Y, señores, qué está haciendo el Ministerio de Educación por la educación de sus hijos? Acá dejo una imagen nomás, como muestra de todo lo que se está avanzando. Abran los ojos.