Facebook , feis , noticias , politica Lunes, 5 diciembre 2016

El nombramiento de Salvador del Solar no se reduce a «Pantaleón es el nuevo ministro de Cultura»

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Escribe: Gerardo Caballero

Sospecho que hay quienes ya tienen listas sus críticas para esta designación e incluso ya han terminado de cortar y pegar sus memes. Yo quiero compartir con ustedes una apreciación personal para explicarles que el nombramiento de Salvador del Solar no se reduce a decir: «Pantaleón es el nuevo ministro de Cultura. ¿Y el gabinete de lujo?».

En el año 2002 (o tal vez fue en el 2003, pero fue por ahí), Salvador del Solar fue mi profesor de Comunicación Política, un curso electivo de la facultad de comunicaciones de la PUCP. Debo decirlo con total claridad: Fue uno de los mejores profesores que tuve. O, mejor dicho, que tuvimos, porque todos mis compañeros compartían la percepción de que con Salvador cada semana aprendíamos cosas nuevas.

Para quienes no lo saben, Salvador del Solar es egresado de Derecho de la PUCP, y por ese entonces regresaba de estudiar una maestría en el extranjero. Esa experiencia le permitía hablarnos con solvencia de «agenda setting», «framming», «gate keeping», «primming» y otras teorías de la comunicación que en ese entonces nos resultaban desconocidas y a la vez asombrosas. Aunque nos hacía leer en inglés (y eso a algunos nos hacía patalear), su clase fue una verdadera oportunidad para aprender.

Al año siguiente, en Canal N, empezó a conducir un programa dominical sobre política. Pero política dura (las ‘policy’). No tuvo éxito, lamentablemente. Su agenda tal vez era demasiado densa para el público peruano de entonces.

Luego, como saben todos, volvió de lleno a la actuación y a la dirección. En el último año, como director, le hemos conocido «Magallanes», que no solo es una película intensa y bien contada, sino que aborda el efecto de la guerra antisubversiva en nuestra sociedad, lo cual, en mi opinión, habla de su compromiso con causas realmente importantes para el Perú.

Es decir, se trata de una persona articulada, con carteles académicos y que conoce (perdón por el término de la escuela de Frankfurt) la «industria cultural».

En la última campaña electoral, cuando se había estrenado «Magallanes» y el triunfo de Keiko Fujimori parecía inminente, quise entrevistarlo, pero alguien me puso la luz roja: «No, crearíamos un monstruo», me dijo esa persona, tal vez temiendo que esgrimiera un discurso políticamente correcto, que a algunos les resulta tan incómodo.

Hubiera sido interesante escucharlo hablar de la política peruana en esa coyuntura. No se pudo entonces. Pero ahora veo que tendremos la oportunidad de escucharlo hablar de la política y de la gestión pública. Como sucedió con sus clases, creo que tiene cosas interesantes que decirnos. El ‘monstruo’, finalmente, ha sido creado.