Ya es hora de señalar al principal impulsor de la lucha contra la «ideología de género»
Escribe: Roberto Bustamante Vento
Entiendo, respeto y hasta se puede decir que admiro a las personas que tiernamente quieren cambiar a la iglesia católica desde dentro y que repetidamente creen que el problema son nuestros párrocos locales, porque quién sabe por qué, creen que el señor que está allá en el Vaticano, el Papa latinoamericano es buena onda, progre, open mind.

Imagen: Alessandro Bianchi, Pool
He leído cosas como que Bergoglio está de manos atadas con el Opus Dei, que esto es un tema de los conservadores. Una de las cosas más interesantes en la elección de Bergoglio como Papa es haberle hecho creer a tantas buenas personas que esta vez sí van a haber cambios en el Vaticano. Un Papa populista y tribunero. Hasta parece peronista.
Pero no, no hay cambios en el Vaticano, cambios profundos se entiende.
Sí, el Opus ha perdido terreno, pareciera que los pedófilos esta vez sí van a la cárcel (aunque, como vemos, otra vez los gestos han sido más para la tribuna que para las fiscalías). Pero sigue siendo en el fondo la misma iglesia basada en textos que no son otra cosa que fan fiction y que sigue promoviendo el mismo discurso misógino y homofóbico de siempre.

Imagen: Aciprensa
No hay otra explicación para la guerra que viene desde Roma contra la enseñanza del enfoque de género en las escuelas. Bergoglio ha sido clarísimo y no hay vuelta que darle. Es cosa de buscar tantos sus declaraciones como los textos (que son ley católica) que ha escrito.
Ya hasta extraño a Ratzinger. Al menos, era transparente en su conservadurismo.
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