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«Keiko Fujimori, que decía querer limpiar el apellido Fujimori para sus hijos, ha fracasado por completo»

Escribe: Steve Levitsky

El politólogo escribió este post a propósito de la denuncia que el fujimorismo presentará contra El Comercio por haber revelado que Marcelo Odebrecht confesó que financió la campaña de Keiko:

Un cuarto de siglo después del autogolpe y casi dos décadas después de la caída en desgracia de su líder, el fujimorismo todavía no ha aprendido a jugar según las normas básicas de la democracia.

Imagen: La República

Imagen: La República

No es una tarea imposible. No es cuestión de ADN. Muchos partidos o movimientos autoritarios (o si quieren, mafiosos) han aprendido, a través del tiempo, a respetar las reglas del juego: el franquismo lo hizo en los 70; el peronismo lo hizo en los 80; el torrijismo lo hizo en Panamá en los 90. Hasta el pinochetismo lo hizo.

Pero estos tipos no.

Imagen: Exitosa

Estos. Imagen: Exitosa

Keiko Fujimori, que decía querer limpiar el apellido Fujimori para sus hijos, ha fracasado por completo. Y están mal. Están cada vez más aislados. Fernando Rospigliosi, que apoyó a Keiko en el 2011, los llama «trumpistas sin Trump». Hasta Juan Paredes Castro se les opone.

El problema es que hay un fuerte desequilibrio del poder hoy en el Perú. El fujimorismo se ha convertido, de lejos, en el partido más fuerte y más popular del país. La oposición al fujimorismo está más fragmentada y más débil que nunca. Se parece a los 90. Pensar que el antifujimorismo es más fuerte o que es mayoritario es un acto de wishful thinking (ilusión) bastante peligroso.

En el 2016, ganamos por suerte gracias a una serie de autogoles que se dieron en los últimos minutos del partido. La oposición tiene que unificarse ya. Las instituciones democráticas están en peligro.