Facebook , feis , redes sociales , sociedad Viernes, 29 abril 2016

Un peruano te cuenta por qué renunció a su residencia gringa para volver al Perú

pedrito

Imagen: Facebook Pedrito

Escribe: Pedrito

El día en el que aposté por el Perú…

Hoy finalmente tomé la decisión de renunciar a mi residencia gringa y con ella a todos los beneficios que podría tener en los Estados Unidos. Muchos pensarán que enloquecí o que simplemente no sé lo que estoy haciendo. Lo cierto es que sé perfectamente lo que hago y lo sustento con gran convicción.

Hace poco más de 10 años decidí ir a vivir con mi madre a aquel país del que todo el mundo hablaba: el país de las maravillas y donde todo es posible. Sonaba demasiado tentador y como todo joven, no pude resistirme. Fue así como llegué a Florida cargado de esperanza y con ansias de nuevas cosas. Gracias a mi padrastro, el gringo más genial que he conocido, pude hacerme residente, y con ello, toda una vida de oportunidades.

Tratare de ser breve y empezaré diciendo que jamás pude acostumbrarme. Si bien ya tenía una vida que iba agarrando un ritmo, aquella sensación de simplemente no estar en casa no se quitaba con nada. Me sentía como un robot enclaustrado en una rutina e integrado en una sociedad que no era la mía. Todas las reuniones que teníamos entre latinos estaban cargadas de nostalgia de cada uno hacia sus tierras y para muchos de grandes esperanzas de poder volver algún día.

Siempre oí aquel famoso dicho: «uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde», y fue ahí en donde lo entendí: vivimos quejándonos de nuestro país, que apenas podemos, sacamos la vuelta y nos vamos para otro para terminar dándonos cuenta que la vida es difícil aquí, en París y en la china. Fue entonces que decidí dejar de quejarme de lo jodido que está el Perú para volver a él, y romperme el lomo, para poner mi granito de arena, en lo que me quede de vida, aquí en mi tierra.

El país no hace a la persona, pero la persona sí hace al país. Vivir en una sociedad tan jodida como la nuestra, no es excusa para convertirnos en vagos, maleducados, irrespetuosos de nuestras calles, y eternos verdugos de nuestra patria. Todo lo contrario, si nuestra casa está jodida, debemos de cada uno, tratar de limpiarla con acciones tan simples como sonreírle al prójimo, dar las gracias, mantener limpias nuestras calles, no dar cabida a coimas y corrupción, mantenernos a la legal, y sobretodo, elegir buenos líderes. Dejemos de quejarnos de lo jodido que está el Perú, porque si está como está es nuestra culpa y de nadie más.

Después de 8 años de haber vuelto a mi tierra, he decidido devolver mi residencia gringa y apostar por mi patria, apostar por la gente y apostar por mi chamba. Soy un músico peruano que jode todos los días por salir adelante, pero no hay nada más gratificante que joder en tu propia casa.

«Cada quién es el arquitecto de su sendero»

Pedrito