Facebook , feis , noticias Domingo, 25 septiembre 2016

¿Es ético contratar un “troll”?

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Escribe: César Vieira

Esta pregunta cae de madura ante la denuncia que algunos servidores de la Municipalidad de Lima estarían actuando como trolls para atacar a quienes exigen rendición de cuentas al Alcalde Castañeda. Más aún cuando las comunicadoras contratadas por Castañeda han señalado que son libres de opinar en sus cuentas personales y tiempo fuera de la jornada laboral.

Un troll es una persona que pasan mucho tiempo en internet y fastidian a otras personas, subiendo comentarios ofensivos o erróneos a un foro o red social, provocando que los usuarios se molesten y respondan con insultos. El troll sigue provocándolos para que hagan más comentarios ofensivos, generando un círculo vicioso. A esta práctica se le denomina “trolear”.

Entonces, los “trolls” son utilizados en las redes sociales para desvirtuar el tema principal que se discute en el foro, así como los cuestionamientos o las críticas a otra persona o gestión.
Transgrede principios básicos de la ética.

Si bien la ética está asociada a un comportamiento individual de la persona, aplicando un conjunto de principios y valores, es importante precisar que hay ciertos principios generales que se deben respetar como:
• La conducta de una persona no puede colocar de forma injusta o en desventaja a otra persona.
• La conducta ética implica abstenerse de tomar ventajas injustas.

En consecuencia, independiente de si está en el sector público o privado, NO ES ÉTICO contratar un troll o un comunicador que actue igual para que incomode a otras personas como parte de una estrategia de la organización.

A la luz del Código de Ética de la Función Pública
En el caso del sector público, esto resulta más grave aún, pues la Ley N° 27815 – Ley del Código de Ética de la Función Pública establece los principios, deberes y prohibiciones que deben ser respetadas por todos los servidores y funcionarios públicos.

En ese sentido, la contratación de un troll en una organización pública sería una transgresión a los principios de probidad, idoneidad y veracidad; los deberes de neutralidad, transparencia, ejercicio adecuado del cargo y uso adecuado de los bienes del Estado; y las prohibiciones de mantener intereses en conflicto y obtener ventajas indebidas.

Un servidor público debe respetar estos principios, deberes y prohibiciones inclusive en su vida personal. En consecuencia, el servidor público que actúa como una suerte de “troll” en sus ratos libres, así como quien lo contrató y su supervisor o jefe inmediato habrían incurrido en una infracción al Código de Ética de la Función Pública por lo que debían ser sometidos a investigación y, de ser el caso, sancionados por el área encargada de los recursos humanos de la Municipalidad. Sin embargo, como ello difícilmente puede ocurrir, sería necesaria la intervención de la Contraloría General de la República para que haga las investigaciones correspondientes y determine las responsabilidades.

Esto evidencia el desconocimiento y la poca importancia que se le da al Código de Ética de la Función Pública en diversas instituciones del Estado. Por este motivo, surge la imperiosa necesidad de conformar un Comité de Ética o Consejo de Honor a fin de que pueda analizar estos casos y orientar las decisiones de los principales directivos de la institución correcta.

Lamentablemente, todo hace suponer que el Alcalde Castañeda está dejando pasar la gran oportunidad de mostrar una actuación ética y transparente, acorde con un proceso de modernización de la gestión pública, cuyo principal objetivo es generar valor público para que la ciudadanía recupere la confianza en las autoridades y servidores públicos, fortaleciendo la institucionalidad del país. En vez de contratar comunicadores poco éticos y calificar de vagos a los que le demandan mayor transparencia, simplemente debe informar de acuerdo con la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

La existencia de “trolls” o, si se quiere, “comunicadores comprometidos” en las planillas del Estado significa transitar por el camino contrario y contribuir a la violencia en las redes sociales.