3 razones rapiditas (e impopulares) para no romantizar el retorno de Susy Díaz al Congreso
Escribe: Diana Chávez
No sean palomas, pues: a mí también me cae muy simpática Susy Díaz, pero de ahí a ponerla de estándar parlamentario hay un gran trecho:
1. ¿Ser popular te hace buen congresista / buen polític@?
Les tengo una palabra de respuesta: Chibolín. O dos: Brad Pizza. Están en cola esperando porque creen que también se lo merecen, porque también son populares. Y bueno, si hablamos de popularidad, los pastores evangélicos son estrellas de rock en sus templos. ¿Queremos jugar a eso?
2. ¿Haber tenido alta producción legislativa te hace buen congresista?
NO. De hecho, el 2014 en un fenecido ranking de “eficiencia legislativa” Sergio Tejada sacó 0%. ¿Alguien duda que Sergio fue de lo mejor que tuvo el Congreso pasado? Producir leyes no significa NADA. Muy por el contrario: producir leyes sin control sobrecarga el trabajo de las comisiones del Congreso e incentiva la producción legislativa de baja calidad, al punto que hay proyectos de ley que son PARTIDOS (sí, como una torta) aunque traten de lo mismo, solo por hacer bulto. O altos volúmenes de proyectos declarativos que o no sirven de nada, o sirven para pagar favore$ políticos.
3. ¿Pagar tu reparación civil es un mérito?
YA PUES, JUVENTUD. Si tienes que pagar reparación civil al Estado es porque delinquiste. En el caso de Susy, por recibir dinero de Montesinos. O sea, como de la Caja 2, pero robado directamente al Estado Peruano. Ah, y bueno, ¿no se supone que queríamos hacer imprescriptibles los impedimentos de postulación a quienes han cometido este tipo de delitos?
Bueno. Eso. Se supone que esta crisis con sabor a los 90 nos había vuelto electores/as exigentes, responsables y qué se yo. Se supone.