Facebook , feis Miércoles, 2 noviembre 2016

Visité el Real Felipe. Penosa experiencia

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Foto: Facebook Fernando Rospigliosi

Escribe: Fernando Rospigliosi

Visité el Real Felipe. Penosa experiencia. Está en manos del Ejército. Es una «instalación militar», por tanto no se puede visitar como uno quiere, no lo puede recorrer libremente a su ritmo, sino estrictamente en grupos con un guía del Ejército con un recorrido de 90 minutos. No de 30, 60 o 120 minutos, solo 90. Si uno se sale del grupo porque no le interesa, lo obligan a regresar.

Quizás lo peor: se ha convertido en un batiburrillo donde hay estatuas de Bolognesi, efigies de soldados incas -antecesores del Glorioso Ejército Peruano-, cañones del conflicto con Ecuador en 1941, un AKM y pistolas de diverso calibre donadas por un general de la dictadura de los años 70 y hasta un muro de cartón-piedra con símbolos piratas, lo que llevó a un joven extranjero a preguntar con sorna si los españoles festejaban Halloween.

Además de cañones y algunas armas españolas del siglo XVIII y principios del XIX, que es lo único que debería estar ahí. Peor todavía, a lo largo del tiempo se han hecho construcciones «modernas» espantosamente feas. Ha sido depósito, cuartel militar, prisión militar -allí estuvo el general Jaime Salinas Sedó y los insurrectos del 13 de noviembre de 1992-, hay una edificación del gobierno regional del Callao, etc.

La cereza del pastel: a la salida (o entrada) hay un largo banco de madera, en la sombra. Había un soldado desparramado. Dos señoras se sentaron ahí a descansar después del recorrido. El soldado las botó: «¡Esto es para la guardia, no pueden sentarse!» Un desastre total. He estado en antiguos fuertes españoles en Cartagena (Colombia), San Juan (Puerto Rico), San Agustín (Florida, USA), magníficamente conservados, mantenidos como verdaderos atractivos turísticos dignos de visitarse.

El Real Felipe, una de las grandes fortalezas españolas en América, construido a mediados del siglo XVIII, podría ser un gran atractivo turístico de Lima donde no abundan edificaciones coloniales a pesar de haber sido la capital del virreinato. Debería salir de inmediato de manos del Ejército y pasar al Ministerio de Cultura, a cargo de especialistas que lo conviertan en lo que debería ser, un verdadero museo colonial debidamente restaurado, derruyendo esas edificaciones absurdas.