Facebook , feis Jueves, 14 diciembre 2017

5 aclaraciones sobre la nueva PPKrisis

Fuente: Perú21

Fuente: Perú21

Escribe: Carlos León Moya

1. Sí, sí, muy bacán, muy Argentina, pero no se puede pedir así no más «que se vayan todos»

Puede ser una consigna, pero no una estrategia real. Primero, porque no se van a ir. Se van a quedar los más fuertes. En Argentina quedó el peronismo. ¿Acá quién creen que va a quedar? Hint: no va a ser la pachamama. Segundo, porque parece que varios olvidan que esto no es una carrera solitaria, donde en un extremo está la corrupción y en otro la honestidad y el pueblo inmaculado, sino una competencia entre varios grupos, en los cuales la izquierda -o, si quieren, la gente que no recibió de los brasileros- no tiene ni control ni un poder superior a los otros actores en juego. En otras palabras, le puede caer su chicote.

2. Lo que tenemos en el Perú es una ciudadanía pasiva

La gente sigue todo esto desde su televisor, su radio o su smartphone. No se van a mover de allí, seguramente. Nadie, NADIE, tiene hoy la capacidad para movilizarlos (mirar última marcha contra el indulto). Aquel que te diga «vamos a sacar a la gente a las calles» está hablando huevadas. Tampoco habrá una movilización espontánea -a la Argentina- porque se necesita cierto efecto sorpresa y también que te toquen el bolsillo. No es lo mismo que inmovilicen tus ahorros, algo sumamente concreto por lo que no puedes comprar más pollo, que varios millones de dólares que llegan de fuera a pagar campañas.

3. Atado a lo anterior: la ciudadanía pasiva se basa también en que mucha gente simplemente no cree en nadie, o desconfía tremendamente

Con esto me refiero no al sistema o al modelo, sino a la élite política en sí y en todas sus variantes. Esa persona no hace distinción entre Keiko y Susana: todos mienten, todos quieren su tajada, todos están allí para huevear. El Congreso, el Poder Judicial, el Ejecutivo. Todos. Pero esta desconfianza no es explosiva. Es pasiva. Tiene mucho tiempo allí incubada y no se expresa en marchas y movilizaciones y pueblo unido jamás será vencido, sino en elecciones. Y eso. En todo caso, se expresa de manera privada (comentarios, sobremesa) pero no de manera pública (una movilización).

4. Este año ha sido el de los escupitajos en la cara

Todo aquel que ha acusado al otro de corrupto al poco tiempo fue acusado de lo mismo, y por el mismo caso. Y esto incluye a la izquierda (nadie va a distinguir a Susana del Nuevo Perú, my dear). Por eso, ubicarse como un cruzado es arriesgado y costoso. Pero también lo es ponerse de costado. Por suerte, yo no tengo que decidir nada sino resumir tonteras en un post.

5. Finalmente, la crisis de un gobierno no es la crisis de un sistema o de un régimen

No seas baboso. Es la crisis de un gobierno. Peor aún, es la crisis de un gobierno en un país donde las crisis de un actor no durán más de 4 días porque quien entra en crisis es otro actor. Hace 4 días la crisis era de Keiko que había tapado la crisis de los Graña Miró Quesada de 4 días atrás que, a su vez, había tapado la crisis de Susana Villarán. Todo esto cambia a un ritmo muy vertiginoso y nadie tiene control de él. Nadie. Varía entre el ritmo de acusaciones de la Fiscalía y las cosas que van saliendo de Odebrecht. E insisto: sería muy pueril asumir que los compañeros o el pueblo organizado tienen aquí la batuta. No la tienen. La tienen Fiscalía y Poder Judicial por un lado y el fujimorismo por otro. No entender esto es suicida.