Facebook Martes, 18 marzo 2014

Vargas Llosa vs Alan García: escriben Rafo León y Juan Carlos Tafur

FOTO: AP / Karel Navarro

FOTO: AP / Karel Navarro

escribe Rafo León:

Es increíble cómo todavía hay gente que cuando le mencionas el nombre de Mario Vargas Llosa, te responde, «ni me lo recuerdes a ese extranjero que se dedicó a hablar mal del país de puro picón porque el Chino lo ganó». Ese concepto de la política como un juego de viejas chismosas o de cabildeteros lumpen es lo que nos tiene entrampados en casos como el que acabamos de pasar, la demostración de poder que le han dado el apra y el fujimorismo al gobierno, simplemente por dársela, con una carga de irresponsabilidad increíble.

Alan García es nefasto, cada día más, y tiene un poder que emana de una psicopatía avasallante que arrasa con quien se deja arrasar. Mientras ese hombre esté en la arena política y todo el mundo al final de cuentas le siga temiendo o la gente lo adule por su bien hablar, habremos de continuar en este vivir político que se muerde la cola. Así como han caído grandes mitos como El Comercio, una de las cosas más sanas que le ha ocurrido al país, es hora de que caiga el tótem García, para hacernos políticamente libres de ese enorme aparato manipulador y paralizante. Por eso me ratifico en mi admiración por Vargas Llosa, por sus declaraciones de ayer en las que responsabiliza directamente a García del intento de desestabilizar al gobierno y crear la confusión, amenazado como está por la Megacomisión y por sus paranoias respecto a Nadine Heredia.

escribe Juan Carlos Tafur (extracto):

Duro golpe para García, un hombre cuya obsesión por ser reconocido como un intelectual (a eso se debe su febril aunque irrelevante producción editorial), lo inhibe de arremeter contra Vargas Llosa. García ha logrado, en alguna medida, revalorizar su imagen en el mundo económico y el político y, por eso, hoy lo pueden aplaudir en Nueva York y en Washington, pero el académico aún le resulta esquivo y, en su fuero íntimo, debe creer que basta tener contactos para lograr lo que normalmente exige un buen número de horas de lectura y estudio.