Facebook Viernes, 21 noviembre 2014

Cuando esta cúster le cerró el paso, él decidió cuadrarse frente a ella. Lo que pasó después nos devuelve la fe en la humanidad

Foto: Óscar Valiente

Foto: Óscar Valiente

Escribe Óscar Valiente (tomado de su Facebook)

Hoy no fui a trabajar, así que decidí hacer unos pendientes. Fui al doctor (estoy con fiebre), al banco y a comprar un libro a Crisol. Como vivo en San Isidro, todo lo hago en bici. Andaba por Camino Real, al lado derecho de la pista y esta «custer» me cierra el paso de forma agresiva y peligrosa. Felizmente soy joven y tengo buenos reflejos para actuar rápido en estos casos. No me pasó nada pero me llevé un gran susto. Al momento que la «custer» me cerró, decidí alcanzarla y cuadrarme delante de ella reclamándole la mala maniobra que casi causa un accidente. El chofer sólo atinó a disculparse y a decir que las bicicletas deben de ir por la vereda. Mi indignación fue tanta que decidí poner mi bici delante de su «custer» y no me iba a mover hasta que todos los pasajeros se bajen y vayamos a la comisaría. El chofer en parte no podía creer que no iba a mover mi bici y me amenazó con avanzar. Lo reté a avanzar con indignación y coraje y no lo hizo. Todos los pasajeros se bajaron de la «custer», algunos me daban la razón y otros (como el clásico peruano) me reclamaban por arruinarles el viaje. Llamé a la Policía y justo pasaba un inspector municipal, quien le pidió los documentos al chofer. Desde mi iPhone entré a ver su record de papeletas y tenía nada menos que 70, sí, ¡70 papeletas! De las 12 últimas 9 son de falta grave. El chofer me repetía que yo era una persona mala porque lo estaba perjudicando e iba a perder el día de trabajo. Yo le dije que mala es la persona que no tiene respeto por la vida y que en Perú la gente debe de actuar para que los problemas cambien y ese es uno de mis principios básicos. Esta vez me tocó a mí, pudo haber sido un niño o una señora a quien el chofer pudo cerrar y causar un accidente. El chofer seguía sin creer lo que pasaba, una bicicleta (que tiene una flor en el maniobro) impedía que este se vaya y no asuma su responsabilidad. Ojalá que algún día todos podamos movernos en Bici por Lima sin que pasen estas cosas, que niños, mujeres, hombres y personas adultas pueda desplazarse sin el temor a que alguien quien tiene defectos en el cerebro atente contra su vida e integridad.